Los problemas para navegar en Internet son el principal dolor de cabeza para los usuarios. Según una reciente medición, la velocidad y la calidad de la señal son los principales valores buscados en un operador (más del 40%) y la principal razón de descontento durante la pandemia por el COVID-19 (más de 30%).

¿Qué se puede hacer ante esta problemática? especialistas en conectividad explican cómo detectar que la velocidad del Internet recibida no es la contratada y cuál es el procedimiento para reclamar por un incumplimiento del contrato.

En esta oportunidad vamos a revisar algunos detalles adicionales sobre cómo se producen los problemas de conectividad y qué podemos hacer los usuarios para resolverlos.

¿Por qué razones falla el Internet?

Los problemas de conectividad existían antes de la pandemia, pero durante toda esta etapa de aislamiento social se han elevado y hemos estado más sensibles sobre los mismos porque de pronto tuvimos que hacer más cosas en Internet: comprar, aprender, trabajar, celebrar, etc.

Tanto en las redes fijas como móviles, la lentitud o problemas de conexión son explicables por la congestión: el tráfico en pandemia ha subido hasta un 50% en las zonas residenciales, según informan los operadores, y las redes no habían estado preparadas para tener a todos sus clientes conectados al mismo tiempo.

En el caso de las redes fijas, los expertos explican que también se está sobreutilizando, lo cual en cristiano equivale a decir que la red es como un bolso que puede soportar un peso de 20 kilos y le estamos poniendo 40 kilos. Eso se suele aplicar a la última milla; es decir, el cable y los equipos (routers) usados para soportar la salida de datos de cada casa.

Con cuatro celulares, dos televisores y dos laptops usando el WiFi al mismo tiempo se puede tener un colapso de sobrecarga. Y ni que decir si hay un sistema de seguridad con cámaras y más elementos de smart house integrados. Como cuando la entrada desde el portón está lleno de rocas y pasto, aunque afuera haya una autopista irás lento dentro de la residencia.

Otra opción, presente no solo cuando hay pandemia, es la falla interna de los mismos elementos de conexión: los cables o equipos casi rotos o en mal estado por culpa de la humedad, el paso del tiempo, etc.

En el caso de las redes de telefonía móvil, los problemas de conectividad también dependen del nivel de cobertura de la zona y la cantidad de antenas 4G y 3G ubicadas en los alrededores.

Si solo hay una antena 2G, como sucede en varios poblados rurales, no se tendrá Internet y por eso los niños tienen que caminar hasta donde llegue la señal 3G o 4G para acceder a la web.

¿Qué problemas generan estas fallas?

El inconveniente más común es la lentitud y las pérdidas de conexión. Los usuarios lo sienten casi como un viaje al pasado, a aquellas épocas en que salía un relojito de arena y uno se iba a hacer otra cosa por un par de horas mientras se descargaba una película.

La velocidad en Internet se mide en Megas por segundo. Cada archivo tiene un peso distinto: un correo simple apenas pesa 73 KB, una foto decente 8 MB y una película en resolución estándar son 2 GB. Con una simple búsqueda en Google se pueden encontrar variedad de pruebas técnicas de cuánto soporta cada proveedor de vídeo. Por ejemplo, un capítulo de la serie Narcos, que dura 53 minutos, pesa 267 MB, y la temporada completa, de 8,8 horas, tiene un peso de 2,3GB.

El tema no es solo qué consumo sino cuánto puedo soportar. No es lo mismo tener una velocidad de dos megas por segundo (2Mbps) que una de 100 megas por segundo (100 Mbps). ¿Cómo sé cuál es la velocidad que tengo? Miro mi contrato y luego hago una prueba en speedtest.net u otro medidor de velocidad similar.

La otra vía es conectar la PC o laptop con un cable directo al módem (equipo provisto por el proveedor para conectarse a Internet), optar por la opción modo avión, y hacer una prueba del PING contra los DNS de los proveedores. La idea es que no hayan fallas o caídas ante la prueba.

En palabras sencillas se puede decir que el PING mide [en milisegundos (ms)] el tiempo que tarda en comunicarse la conexión de la casa con un equipo de la red. Si el PING es alto estamos mal y no se puede teletrabajar porque se desconecta a cada rato de la red de la oficina. Lo mejor es que esté bajo.

Cuando hacemos la prueba por speedtest.net tenemos una pista de cuánto PING tenemos y podemos ver si está muy alto (más de 65 ms es para preocuparse). Dicen los expertos que este es el principal indicador de la salud de la red.

¿Cómo solucionar los problemas?

La buena noticia es que los servicios técnicos a domicilio están permitidos en esta etapa del aislamiento social y también es posible adquirir nuevos planes o migrar de operador si no estamos satisfechos. Las tiendas no están abiertas, pero el servicio de ‘call center’ sí.

Aclarado este punto, conviene identificar como usuarios dónde está el problema, para reclamar con fundamento. Luego se puede revisar algunos aspectos técnicos básicos que no requieren ayuda de un experto en sistemas. Eso además de organizar los horarios de acceso para no entrar en una videoconferencia y una clase virtual al mismo tiempo.

Se recomienda revisar la ubicación del router o módem (equipo instalado por el proveedor). Señalan que se ha detectado que un 50% trabaja fuera del alcance de la señal WiFi. La solución es ubicarlo en una posición céntrica al alcance de todas las PC. Es como un foco, si está escondido en un anaquel, no ilumina a todos.

Los ingenieros en telecomunicaciones también recomiendan revisar la configuración del router – se puede pedir asistencia al servicio técnico – y verificar que no haya otras personas extrañas accediendo a su red en el hogar. O comprar otro router de mejor potencia y calidad[los profesional traen 2 bandas wifi: 2,4 GHz y 5 GHz]. O cambiar de proveedor.

¿Qué plan de datos me conviene elegir?

“Primero, y lo recalco, necesitas una red estable y sana. Para eso está la prueba de PING», recalcan los ingenieros consultados. Reclamar si el servicio es ineficiente y cambiar de plan o de proveedor si el servicio es insuficiente para la demanda actual del hogar.

No se puede pedir peras al olmo. Si se ha contratado un plan fijo de solo 15 Mbps que garantiza al menos el 40% (osea 6 Mbps) no se podrá tener videoconferencias con cámara activada en ‘hora punta’. O si se usa un plan móvil que solo da 500 MB a alta velocidad no se puede pretender ver una película online a diario.

Atendiendo a las equivalencias en peso, los expertos recomiendan calcular cuánto se pretende consumir y según eso elegir el plan conveniente. Los especialistas coinciden en que con unos 30 Mbps de velocidad efectiva se puede trabajar con la VPN sin cortes y teleestudiar sin problemas. Eso está garantizado con un plan de 100 Mbps.

Lo recomendable para un hogar con cuatro usuarios de Internet es contar con 50 Mbps o 60 Mbps. Si solo hay dos usuarios puede bastar con 30 Mbps.

Si se contrata un plan de 60 Mbps se tiene garantizado al menos 24 Mbps que pueden servir para un hogar con varios televisores, laptops y celulares. El plan de 30 Mbps te garantiza un 40%, es decir, unos 12 Mbps, lo cual puede ser insuficiente para una clase universitaria virtual.

 

Marcela Mendoza