En un entorno en el que las empresas compiten en un mercado global, la mejora de la productividad supone un factor clave para la supervivencia de nuestros negocios. Y es que la capacidad para producir de manera eficiente reporta distintas ventajas competitivas relacionadas con el ahorro, la rentabilidad o la calidad.

Mejorar la productividad es un objetivo que requiere la implicación del conjunto de personas que componen una empresa, implicando también de algún modo a los proveedores u otros profesionales o empresas relacionadas. De ahí­ la dificultad para lograr mejoras significativas, que por otro lado no debe impedir que busquemos el objetivo final.

Existen numerosas vías y acciones encaminadas a mejorar paulatinamente la productividad de una empresa, dependiendo de factores tangibles como los recursos disponibles y el mercado; u otros más difí­ciles de definir como la filosofí­a empresarial. La productividad laboral requiere de unos hábitos que podemos ayudar a implantar en el dí­a a dí­a de todos los empleados, pero en esta ocasión nos vamos a detener en la productividad global en el conjunto de la empresa.

Ideas para mejorar la productividad en la pyme

Dependiendo del caso concreto, es posible que estas ideas (o una combinación de las mismas) nos ayuden.

Modernización de la empresa

La frase invita a pensar en aumentar el gasto para mejorar la maquinaria, incorporar nuevos perfiles de trabajadores, invertir en innovación, incrementar el uso de nuevas tecnologí­as o explorar nuevos modelos de negocio con proyectos paralelos.

Si bien tenemos que destacar en este punto la posibilidad de multiplicar los recursos para la investigación y el desarrollo como clave competitiva a futuro con todo el esfuerzo que eso supone, también hay que decir que modernizar una empresa no sólo es gastar dinero.

Aquí­ es donde entra en juego la creatividad para buscar formas de hacer todaví­a mejor eso que hasta ahora hací­amos tan bien o empezar a dar pequeños pasos para lograr una transformación más profunda a medio plazo. Como ejemplo tenemos la irrupción de las redes sociales en el mundo profesional, herramientas de comunicación que podemos aprovechar con relativamente poco impacto negativo en nuestros bolsillos.

Formación y motivación personal

Quizá la ví­a más relevante para conseguir cambios importantes y duraderos en las organizaciones es cuidar de quienes hacen posible que la empresa funcione. Los trabajadores son el principal activo de cualquier negocio y como tal han de ser valorados.

La gestión de recursos humanos debe incidir en la capacitación del personal, la formación continua y la libertad para que las personas aporten lo mejor de sí­ mismas. Estas cuestiones combinadas con el fortalecimiento del trabajo en equipo y el desarrollo de polí­ticas de bienestar laboral pueden hacer que el trabajo sea más eficiente e incluso mejor. En los tiempos de pandemia por el Covid-19, han cobrado relevancia en este sentido la flexibilidad de horarios, el trabajo desde casa o el BYOD (Bring Your Own Device, política empresarial consistente en que los empleados lleven sus propios dispositivos personales como ser portátiles, tabletas, móviles a su lugar de trabajo) ; cuestiones que deben abordarse con seriedad para establecer cierto control que las haga realmente efectivas.

Planificación estratégica

Saber a dónde se quiere llegar es el primer paso del camino, por ello es importante reflexionar sobre la situación real de la empresa para simular la situación deseable a futuro. Como los cambios no suceden de un día para otro, una vez esa proyección está clara y es asumida por todas las figuras relevantes de la empresa, es necesario plantear la sucesión de acciones que ayuden a alcanzar cada hito del recorrido.

Planificación financiera y de gestión como concepto Foto de archivo - 40750420

Situados en la casilla de salida, es vital saber comunicar de forma efectiva las decisiones tomadas, permitiendo la participación y valoración de todas las áreas para que todos tomen el objetivo como propio. En esta planificación se deben plantear además posibles cambios en la organización interna, formasde medir la productividad, retribuciones no monetarias a los empleados, etc.

“En todas estas cuestiones, el software de gestión empresarial puede jugar un papel relevante, no sólo como apoyo a la productividad sino también como revulsivo. La combinación ganadora de ERP, CRM y BI puede hacer el trabajo más eficiente, las decisiones más acertadas y los costes menores”.